lunes, octubre 31

Inestabilidad Mental

Recuerdo la primera vez que la vi. Caminaba por el frío y blanco pasillo de aquel hospital. Apenas era una sombra de sí misma, un ente triste y melancólico que gemía mientras se esforzaba por dar un paso, mirando al suelo. Su rostro era una bizarra especie de cocktel de huesos y pellejo, pero yo sabía que, en otras circunstancias, habría sido una joven muy bonita. Es el recuerdo más triste que tengo a día de hoy, y dudo que otro logre arrebatarle el lugar. Cuando me miró por primera vez no logré distinguir nada, sólo vacío; me di cuenta de que tenía el alma más triste de todo el hospital. 
Hoy, recordando aquella mirada lejana, aquel rostro inexpresivo... me derrumbo. No fue difícil tomarle cariño, apenas cuando pronunció su primera palabra consiguió enredarme. Creativa, audaz, cínica y de lengua asombrosamente viperina. Fue increíble poder intercambiar conversaciones con ella, y horrible cuando se marchó. 
Guardo luto desde que recibí la noticia de su muerte. Apenas disfrutó 20 primaveras... Siento nostalgia al recordar su rostro, cambiando día a día, mejorando, tomando la forma del de una chica de su edad. Era la joven más maravillosa que se pudiese conocer.
Y hoy, como ella me imploró, esparzo sus cenizas por el Mediterráneo, fuente de grandes recuerdos para ella y, a partir de ahora, lugar de culto para mí.


Inestabilidad Mental.

2 comentarios:

Sadrainbow. dijo...

Es muy triste.. pero me ha gustado, y la entrada anterior también :)
te sigo yo también vale?
un besito!

CD dijo...

Es preciosa:$ Me encanta, te sigo(;