martes, noviembre 13

Alzo levemente la cabeza al tiempo que un profundo olor a café llega a mis fosas nasales. Escucho el repique de una cucharilla contra la taza. El sonido de la lluvia nubla mis pensamientos, siento que me encuentro naufragando en un mar tempestuoso de dudas y remordimientos de conciencia. Pienso en su nombre, en su rostro, y siento cómo una descarga eléctrica recorre mi cuerpo de cabo a rabo. Él está en la cocina; lo abrazo brevemente y tomo el café que me ha preparado. Pero no es en él en quien pienso, sino en "el otro".
No sé en qué momento dejé que el barco se hundiese, llevándose consigo mi felicidad y ganas de vivir. No recuerdo cuál fue el origen de aquella estrepitosa decisión que puso millas metafóricas de distancia entre nosotros dos. Tenía tanto que ofrecerle, tantas noches de pasión y desenfreno, tantas mañanas de pelos alborotados y mal aliento, tantas caricias al atardecer con un café entre nuestras manos... Quizás fue el tiempo el que nos vendió en cualquier mercadillo barato, quizás no soportase mis cambios de humor o esos males despertares con los que le obsequiaba cada mañana. Quizás fue que, poco a poco, nuestras miradas dejaron de encontrarse entre la marea de gente que cruzaba entre nosotros. Adoraba sonreirle con picardía a las ocho de la mañana, y mirarle con tristeza cada tarde cuando tocaba despedirnos hasta otro día. Y es que el "mañana será otro día" se nos quedó grande, y la llama se fue apagando paulatinamente hasta que, a día de hoy, apenas somos dos extraños que ni se esfuerzan en reconocerse.

Inestabilidad Mental

4 comentarios:

bé. dijo...

Increíble, alucinante. Joder cómo me ha gustado ésta entrada. Supongo que más aún lo de "Pero no es en él en quién pienso sino en "el otro".
Me encanta cómo escribes, te lo digo un día más.
Un beso.

Almendra. dijo...

Te extrañaba Helena.
Hermoso, como todo lo que escribes tu.

Sadrainbow. dijo...

Es triste cuando el amor se esfuma... y a menudo creemos que se esfuma y es solo temporalmente. Cuidado, puede que para cuando queráis conoceros otra vez sea demasiado tarde y el abismo sea insalvable...

Mily Murillo dijo...

"Apenas somos dos extraños que ni se esfuerzan en reconocerse" sin duda me quedo con esta frase, siento que es el punto de partida de semejante texto.

Encantadísima de leerte, siempre es un placer.